9 DE JULIO
Historia vs. Hollywood (los actos escolares)
¿Cómo era la sociedad argentina en la época de la independencia, a comienzos del S XIX? ¿Cuánta fidelidad guardan los actos escolares? ¿Cuánto hemos cambiado desde entonces? En este 9 de julio, día de la independencia, intentamos repensar nuestra historia, una vez más.
Alcanza con mencionar el tema “actos escolares” para que arranquen las anécdotas. Niñas altas que tenían que actuar de caballeros, niños morochitos que siempre vendían velas y los clásicos criollos o españoles, protágonicos, que desempeñaban los estudiantes más rubiecitos de la sala (o los hijos de la seño). Pero ¿estas costumbres, eran sólo ocurrencia de las maestras, o la Argentina colonial era más o menos así? Esteban Llamosas, historiador del Derecho y director del IDEJUS, esboza una respuesta en esta nueva fecha patria.
En nuestra memoria escolar, asociada a los inviernos de la infancia, ocupan un lugar emotivo los actos patrios de mayo y julio, cuando para celebrar la revolución y la independencia nos vestían de cabildantes, indiecitos, damas de sociedad, candomberas, vendedoras de velas y pasteles, granaderos, y también, con la cara pintada de corcho, de esclavos. ¿Qué sociedad era esa, que representábamos tímidos mientras los mayores aplaudían y nos tomaban fotos?
Ni la Revolución ni la Independencia, que cambiaron el orden político, pudieron reemplazar de raíz el orden social. Ya sabemos que estos procesos no significaron modernidad inmediata, y que en buena medida se consolidaron sobre las bases de la sociedad tradicional.
En esa sociedad estamental, jerarquizada por la religión, la sangre y el género, las desigualdades se consideraban naturales. El color de la piel, la “limpieza de sangre”, la procedencia de una “unión legítima”, asignaban el lugar y definían las posibilidades. En dicha sociedad dominaban los varones blancos (europeos primero, criollos después), que ocupaban los cargos altos, accedían a los estudios superiores y regían el cabildo y la casa familiar; los indígenas, a pesar de las leyes que abolían sus viejas formas de dependencia, aun se consideraban seres rústicos, sujetos a tutela y evangelización; los esclavos, aunque la asamblea del XIII decretara la libertad de vientres y aumentaran las liberaciones, serían objetos de comercio humano hasta después de la Constitución; y las demás personas, clasificadas en diversos tipos étnicos cuyo estatus se reducía mientras más oscura era la piel, más allá del creciente discurso igualitario, no escapaban aun de los prejuicios que los volvía siempre sospechosos, les adjudicaba penas más severas y les impedía ejercer algunos oficios, portar joyas o vestidos de seda (porque las “apariencias”, decían, no podían contradecir a las “esencias”). Negros, mestizos, mulatos y zambos, solían realizar buena parte de los trabajos que representamos en nuestros actos escolares.
Es cierto, hoy ya no se usa (tanto) pintar las caritas con corcho o distribuir los papeles según la tonalidad del niño o niña en cuestión. Sin embargo, la historia no cambia. La patria, el 9 de julio de 1816 declaró su independencia y, desde ese momento, fue libre de su sujeción política colonial. Sin embargo, desprenderse de sus viejas dependencias raciales, religiosas y patriarcales, demoró bastante más.
*Gracias a nuestras pequeñas actrices patrias (por orden de aparición): Sofía Armando, Sofía Pezzano, Valentina Carena, Cecilia Agonal, Catalina Tassin Wallace, Mariela López Cordero, Mariana Villarreal y Melisa Sánchez, integrantes del IDEJUS.
Por Esteban Llamosas
Abogado, Diploma de Estudios Avanzados por la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (UNC). Actualmente se desempeña como Director del IDEJUS y forma parte del Proyecto de Unidad Ejecutora (PUE) del CONICET. Ex Director del CIJS FD UNC, es Profesor Titular de Historia del Derecho Argentino de la Facultad de Derecho (UNC) y miembro de numerosas asociaciones nacionales e internacionales de la disciplina. Su tema de investigación es “Orden jurídico tradicional en tiempos patrios. Continuidad doctrinal y adaptación de discurso en la Universidad de Córdoba (1810- 1858): La educación de los juristas”. El proyecto analiza la reelaboración y readaptación de la cultura jurídica colonial en la Universidad de Córdoba, entre la Revolución de Mayo y la organización nacional (1810-1858), tomando como fuentes los estudios de Jurisprudencia y Teología. Utilizando los instrumentos teóricos de la historia crítica del derecho, la historia constitucional y la historia de las universidades, su interés consiste en analizar la educación de los juristas como vía de acceso al ideario que dio forma a la incipiente estatalidad provincial, en el marco de una cultura jurídica híbrida y particular.